“La educación informal es una dimensión educativa casi inexplorada e incomprendida por el sistema educativo” (Wikipedia)
Esta frase cierra la definición que plantea la Wikipedia respecto a la educación informal y describe una situación que vivimos actualmente. La combinación de educación formal e informal es uno de los grandes retos educativos. Los alumnos están ligados a un sistema educativo basado en la actividad dentro del aula, y en el que el ocio se encuentra fuera de ella. Siendo así, no es extraño que sea dentro de la escuela cuando sus esfuerzos y atención están más dispersos.
La escuela, alejada de la educación informal y de las herramientas que los alumnos manejan fuera de ella, puede llegar a convertirse en un lugar de paso, un espacio de trabajo donde se someten a una rutina específica: la preparación/entrenamiento para el examen. Este cambio de rol de la escuela lo trataremos en otro post.
Lo interesante de la distancia creciente entre educación formal e informal está en la capacidad de influencia. Los contenidos y la dinámica de la escuela están obsoletos para los alumnos, que aprenden más fuera de ella que dentro y lo hacen utilizando sus propios canales de comunicación y relación con el mundo.
¿Hay algo que impida a la escuela tomar ese protagonismo y capacidad de influencia? Quizá el secreto está en observar los puntos caducos del sistema actual y realizar un cambio para llevar al aula lo mejor de cada alumno:
- Una educación más personalizada, porque ellos están eligiendo.
- Una educación con más apoyo en el aspecto práctico y colaborativo.
En definitiva, una educación que se base más en la experiencia y las conversaciones, que es lo que les motiva.
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